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Conversaciones incómodas: oportunidades de expansión interior.

Cuéntame de las conversaciones incómodas que has sostenido desde el respeto y el amor, y no será necesario que me hables de tu madurez emocional y de la calidad de tus relaciones...


¿ Cómo lo digo sin que el otro se sienta mal, se ofenda? Es una pregunta que me hicieron 3 personas este año.


¿Cómo decir lo que creemos que el otro no quiere escuchar, conservando la relación?


Las relaciones son la esencia de la experiencia humana, son la vía de evolución, transformación, de expansión de la consciencia, de manifestación. Por eso son tan importantes para nosotros.


En todas las relaciones hay una danza de múltiples aspectos, están los niños interiores, están los egos, están los valores, los temores, las necesidades emocionales, los deseos, etc. Todo eso está en juego en cualquier relación.


Es una ilusión infantil pensar que con todo eso en juego nunca surgirán conversaciones incómodas. Pero no nos hablan de esto.


¿Qué son las conversaciones incómodas? Son las que ponen en evidencia diferencias relevantes en maneras de ver una realidad x. Diferencias no aceptadas, y esa no aceptación, interfiere en el bienestar de los participantes de la relación.

Son las que se generan en torno a experiencias dolorosas.


Socialmente, por siglos, se nos ha enseñado a evitar los conflictos a toda costa, a disimular, a aguantar, a reprimir, a callar, como forma de garantizar relaciones duraderas, "beneficios", especialmente con personas significativas para nosotros. Estos mecanismos de evasión sostienen relaciones muy dañinas, que en lugar de promover el crecimiento, la transformación, la evolución, sostienen comportamientos infantiles, el juego de la culpa, del cumplimiento, haciendo incapaces a la mayoría de los adultos de hacerse cargo de su gestión emocional, de encontrarse cara a cara con aquello que necesitan sanar para su propio crecimiento. Solapamos infantilismos por nuestra falta de valor para comunicarnos desde nuestra verdad y abrirnos a crear relaciones en las que haya espacio para decir que no, sin el temor de dejar de ser amados, sin la culpa del debería ser.


Es un acto de amor y respeto permitir que una persona desarrolle sus fortalezas, descubra su propio valor, se encuentre con su dolor y disfrute del proceso de sanarse. Es muy arrogante creer que el otro no puede autogestinar su enojo, sus heridas, y por esta creencia, mantenerse mintiendo sobre lo que se piensa, se siente y honestamente, se quiere hacer.


Conozco padres que actúan como si le temieran a sus hijos. No les dan el espacio de crecer, no les permiten encontrarse con sus limitaciones interiores. Eso suele pasar cuando se siente culpa por algo. Cuando en serio tienen miedo de su hijo/a porque probablemente este hasta ha intentado el suicidio, o hace unas crisis de moribundo/a. Es un juego de manipulación muy interesante. El hijo siente la culpa del padre/madre y juega con ella, porque es la forma en la que aprendió a vincularse, a recibir atención.


Conozco hijos que actúan como si la vida fuera una deuda, incapaces de ser honestos con sus padres, se cargan y los tratan como si fueran niños. Es el movimiento del niño, voy a hacer lo que necesitas mamá o papá. Y es una relación abusiva de parte de los padres, porque al no sanar sus vínculos con sus padres, piden a sus hijos que ellos sean los grandes.


Conozco personas que constantemente están donde no quieren estar, con quien no quieren estar, haciendo cosas que no quieren hacer. Llenos de cosas sin decir, con dolor de garganta, jaquecas, úlceras, gastritis, dolor de espalda, arritmias, etc.


Todo esto en nombre de mantener relaciones al precio del propio amor, todo esto por creer que no pueden hablar, que no pueden decir lo que verdaderamente piensan y sienten, todo esto por falta de "entrenamiento" en sostener conversaciones incómodas.


Lo primero que se necesita para tener conversaciones incómodas es PROPIO AMOR, es propio respeto. Y es más que evidente que de eso nos falta mucho por comprender todavía, porque se ha confundido con egoísmo, con un yo primero arrogante y doloroso.


Yo me pregunto: ¿Qué estoy dando cuando en lo que doy no está mi amor? ¿De verdad creo que lo que doy, al precio de negarme a mí misma, va a servir de algo a alguien?

Aquello que doy sin amor, dígase, solo por "compromiso", por cumplimiento, por obligación, porque siento culpa, porque es lo que se debe, por decencia, NO sirve para nada más que aumentar el dolor de mi niña, la fuerza de mi ego y el sentimiento de vacío de la persona que recibe, desde la exigencia o la incapacidad de aceptar con respeto y amor, un No sin cuento, sin excusa. La persona a la que no le puedes decir que no, no te ama a ti, ama que juegues a llenar ese espacio que él o ella no puede ni mirar. Así que por más que hagas, nada será "suficiente".


Al tomar consciencia de lo que es verdadero para ti, al elegir amarte, puedes comunicarte con los demás y darte la oportunidad de gestionarte y de que él otro se gestione así mismo.


No se trata de alejarte, de ver tu verdad como si fuera LA verdad, de forzar con tu presencia, de exigir, de abandonar, se trata de asegurarte de que estás en una relación de respeto y amor, en la que cada participante se hace cargo de sus necesidades emocionales, asume la responsabilidad de lo que le pasa, juega a las cartas claras, a la comunicación adulta, al acompañamiento estimulante, al apoyo a los sueños de cada uno, al bienestar de todos, al amor que mira al otro completo, entero, capaz de vivir su propia vida, de crecer. Asegúrate de estar creando relaciones en las que aprendas más a través del amor que del dolor.


Podemos empezar a cambiar algunas frases:

Voy porque hay que cumplir. *Voy por elijo ir.

Lo hago para que no se sientan mal. *Lo hago para yo sentirme bien.

No lo digo porque se puede ofender. *No lo digo porque no se como decirlo desde el respeto y el amor.

Es que no me van a entender. *Es que yo todavía no me entiendo bien, no me acepto completamente.

Aguanto porque es el padre de mis hijos, porque es mi mamá/papá, etc. *Aguanto por tengo miedo de no poder hacerme cargo de mi propia vida.

Yo no digo nada por respeto. No digo nada porque hay mucho veneno en mí.


Cuando observamos nuestros discursos tenemos la oportunidad de vernos, y si hay un compromiso de crecimiento, luego de vernos, elegimos nuevas palabras. Al transformar mi discurso comienzo a caminar las posibilidades de transformar mi forma de relacionarme con todo.


¿Qué cosas puedes tomar en cuenta para sostener conversaciones incómodas desde el respeto y el amor?


1-Esa conversación incómoda liberará mucha energía contenida en la relación. Le hará bien. Es como sacar la ropa sucia y lavarla.


2-Recuerda que es un acto de amor no sólo hacia ti. Aunque el otro no lo tome "bien", tu respeto, tu amor, le servirá. Recuerda que se activan las defensas, los egos salen al ataque, a la defensa. El falso amor siempre ve al otro como necesitado, como incapaz, como pequeño, ojo con eso. El falso amor nunca sirve.


3-Suelta tus juicios. Nada debe ser, las cosas no son de una sola forma. El otro no debe entender. Lo mismo no es igual para todos. Es lo que es para cada uno. Se puedo estar de acuerdo en que estamos en desacuerdo. Comunica con responsabilidad, qué piensas, qué sientes, qué eliges hacer, cuáles acuerdos propones, recuerda que el otro no te hace cosas, solo HACE cosas a las que tu respondes "voluntariamente". Encuentra un lugar de respeto hacia ti y hacia el otro. Haz preguntas en lugar de afirmar cosas sobre el otro.


4- Libérate de las expectativas. Que sea lo que sea. El otro está en libertad de elegir qué hacer. A veces lo próximo para una relación es un poco de distancia, para dar espacio a que cada uno se reencuentre consigo mismo y pueda continuar la relación desde su propio amor, no exigiendo el amor del otro.


5- Libérate de la culpa. Es arrogante creerte que sin ti el otro se va a morir. Si es el caso de que es su momento de partir, nada tiene que ver contigo, bájate de ese trono por favor. Has dado lo que has podido dar, y por más que des hay un camino personal que cada persona necesita vivir para reconocer su propia alma. A veces el mayor acto de amor es decir que No, es no estar. Perdónate por ese error/fallo/falta que entiendes que cometiste. Tampoco te hagas preso/a de una idea erronea de agradecimiento.


6-Respetar al otro implica acordar un encuentro para hablar. Que tus estés listo/a no significa que el otro también lo esté. Si la persona posterga la conversación, no puedes forzar. Lo primero es llegar a ese acuerdo. Pero te no permitas seguir como si nada. ¿Si alguien no quiere conversar contigo, más o menos qué piensas tú?. IMPORTANTE: para el ego nunca será el momento indicado, hay que tomar un momento y hacerlo indicado.


Una relación amorosa da espacio para la conversación, para la honestidad, para la verdad de todos los implicados, para el bienestar, la expresión genuina, el crecimiento, para hacer acuerdos.


¿Y si te das el permiso de confiar, de autogestionarte, amarte, respetarte y tener esas conversaciones incómodas que has guardado?


¿Quiénes son esas personas con las que te regalarás esas conversaciones?


Lleva todas tus relaciones al próximo nivel de bienestar, de intimidad.


Recuerda que el mapa no es el camino, el camino solo se conoce caminádolo. Date el permiso, y me cuentas como te va.


PD.: Las conversaciones incómodas guardadas, son como la basura... Hay gente que aprende a vivir con ese mal olor. Pero hay otra forma de vivir. ¿Cuál eli

ges tú?


¡Un abrazo!


Nadia P.


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1 Comment


Luvesky Adames
Luvesky Adames
Dec 12, 2022

Hola Nadia! Desde mi relación de pareja antes guardábamos las molestias y salían en forma de discusiones. Llegamos a un acuerdo de tener las ”conversaciones agridulces“ así le llamamos a esas conversaciones incómodas. El cambio en la relación ha sido muy notaria, no discutimos, solo tenemos conversaciones agridulces desde el amor y el respeto.

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