Leyendo un libro sobre prosperidad, me topé con un ejercicio en el que se me pedía conectar con un momento de felicidad, recrear las sensaciones experimentadas y usarlas para crear una visualización de los próximos momentos que quisiera vivir. Me dispuse a hacer el ejercicio, y buscando en mi lista de momento felices, me di cuenta de que en este año había vivido muchos y que sorprendentemente estaban llenos de cotidianidad. No eran momentos especiales, no era mi boda, ni el nacimiento de mi hijo, ni el día de algún logro, ni un cumpleaños, ni siquiera en un abraza el presente, o en uno de los viajes sin equipaje.
Recuerdo que, por mucho tiempo, el momento más feliz de vida había sido el 3 de julio del año 2012, el día en que un grupo de personas, que tenían menos de 5 meses compartiendo conmigo, me cargaron con los brazos abiertos, me regalaron la canción PARA TU AMOR de Juanes, encendieron velas a mi alrededor y me dijeron que era una antorcha. No tenía idea de lo que había hecho, era solo una persona más entre todos, pero no pensé si me lo merecía o no, (estaba acostumbrada a que solo se resaltaran mis fallos, y esta vez no era así) sentí felicidad, y cuando hablaba de ese momento, me conmovía hasta las lágrimas.
En esta ocasión había muchos otros, y también me conmoví hasta las lágrimas, sentí un profundo agradecimiento por mi vida y la forma en la que he elegido vivirla. Todavía estoy muy lejos de algunas metas, pero esto ya no me roba energía, ni me dificulta el disfrutar de mi presente, del paso a paso, de cada pequeña toma de consciencia, de cada momento de felicidad cotidiana.
Para mí la felicidad es ser y estar presente para celebrar la vida tal y como es, es conectar con el gozo de vivir, desde mi sola presencia, sabiendo que nada falta, cada momento está lleno, completo.
Y no, no estoy siendo super positiva, ni haciéndome un invento que parezca bonito, ni que demuestre nada sobre mí, créeme cuando te digo que no sabía conectar con la felicidad, porque vivía conectada con la falta, aunque aparentemente me mostrara muy alegre. Que ahora pueda reconocer auténticos momentos de felicidad, de gozo, es muy valioso para mí.
Una vez leí algo como esto: no nos damos cuenta cuando estamos siendo felices, porque estamos ocupados siéndolo. Es cuando nos ponemos fuera de la experiencia que podemos vernos.
Te comparto los momentos de felicidad que reconocí haciendo el ejercicio:
Sorprenderme a mí misma bailando en el baño.
Abrazar a Diosco, y sin que él lo baile conmigo, solo me abrace, bailar el tirikitikitiki (es una canción de nosotros 3).
Ir al a baño a reírme con Zaid porque él está fajao´ cantando y bailando con la ducha. Vamo´pa´la playa, a curarte el alma, cierra la pantalla, abre la medalla…
Escuchar los te amo regularmente, los dichos por mí y los que dicen Diosco y Zaid.
Verme preparando una “carnita rica” para cenar.
Cantando malo mientras manejo.
Tomándome un chai en FDC.
Entregándole un regalo a Zaid.
Sirviendo unos tragos para Diosco y para mí.
Preparando ponche gratitud.
Bailando el solo de percusión de 8 minutos de JLG y 4:40, y la canción Pa´lante de Maía.
Sacando de la caja mi computadora nueva.
Ver a Diosco sintiéndose muy bien.
Imaginándome la influencia que tendrá insight en unos años, dentro de la psicología y del mundo terapéutico en sí.
Leyendo mensajes de logros, de personas que me permiten acompañarlas.
Cuando vi la jeepeta nueva que se compró la maestra KP. (Es una de las que yo dije que me regalaría de cumpleaños cuando cumpla 40).
Cuando vi esta lista, pude ver la diferencia entre lo que se supone, según el marketing del éxito y la felicidad, debe “hacernos” felices, y la felicidad, porque no es que estos momentos me causaron felicidad, es que en esos momentos yo estuve conectada con la felicidad que hay en mí, por eso se convierten en momentos de felices.
Que la felicidad se vuelva cotidiana, que estar vivos, ya sea algo “especial”.
¿Qué se puede hacer para lograrlo?
Comenzar a decir SI a la felicidad, a decirte SI a ti.
Llevar el enfoque a todo lo que sí hay o está en cada momento. Notar los pequeños detalles.
Agradecer conscientemente
Perdonar-te
Clarificar lo que te importa de lo que no
Clarificar cómo das y recibes amor
Tomar a tu padre y a tu madre completos. Reconocer que no te deben nada, sin importar la historia. La vida te llegó a través de ellos, y sin la vida nada más existiría para ti. O SEA.
Sacar la basura de tu mente.
La lista puede seguir muy larga. En este punto, te pregunto ¿Qué es lo que implica para ti? ¿Qué te impide ser feliz y expresar felicidad? Si crees que no sabes. Te recomiendo hacer el ejercicio del/la sabio/a interior. Imagina que en tu corazón hay una puerta, abres la puerta, entras y encuentras frente a ti un camino, comienzas a caminar y llegas a la falda de una montaña, ahí hay un gran árbol, y en su sombra hay una persona sentada, al verla sientes que la conoces, te genera confianza y te acercas, sientes el amor, la sabiduría, la paz, la felicidad que brota de esta persona, te sientas a su lado, la saludas, conversan un rato sobre la vida y sus misterios, y le haces las preguntas para las cuales crees que no tienes respuesta. Cierras la conversación diciendo gracias, te pones de pie y comienzas a caminar de regreso, al llegar a la puerta, miras atrás, y a lo lejos ves a esta persona sabia sonriendo, sonríes tú también, y sales por la puerta que entraste. Tomas las respuestas y decides qué hacer, porque ya no puedes usar la excusa de que no sabes.
Las cosas bellas y sublimes de la vida requieren la valentía de la humildad, la felicidad es una de esas cosas bellas. Humildad para cambiar planes, para soltar apegos, para irse y dejar ir, para perdonar, para agradecerlo todo, para ver belleza en todo, para dar un primer paso, para vivir un sueño, para amarse, para reconocer la perfección del presente.
Lo digo otra vez: Que la felicidad se vuelva cotidiana, que estar vivos, ya sea algo “especial”.
Ahora cuéntame de tus momentos de felicidad, disfrutaré leerlos.
Un abrazo.
Nadia P.
Gracias 🙏 si que es lindo poder ver esos pequeños momentos atraves del día donde soy feliz, ahi donde esta la felicidad conmigo con los mios.