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Me doy permiso...

Actualizado: 22 mar 2022

Nuestro inconsciente está lleno de ideas que dirigen las decisiones que tomamos, de forma determinante. Nada sucede fuera sin su homólogo interno. Cualquier cosa que expreses está sostenida por una idea, una creencia, una imagen interna.


Y en ese mar del inconsciente, más del 65% de las imágenes de alto grado de influencia son heredadas, fundamentadas en experiencias que vivieron tus antepasados. Un 25% son de como integraste las experiencias que viviste desde tu concepción hasta los 7 años. El 10% restante es de tus vidas pasadas jajaja.


Es por eso que comprender de donde vienes facilita tu caminar. Y cuando hablo de donde vienes, no me refiero solo a un lugar físico. ¿De cuáles historias vienes? ¿Qué sabes sobre tus apellidos? ¿Cómo logró llegar la vida hasta ti? ¿Cuáles precios se pagaron? ¿Cuál es tu lugar en tu árbol familiar? ¿Quiénes vivieron escasez? ¿Quiénes fueron felices? ¿Cuál es la identidad de mujer de tu clan? ¿Cuál es la identidad de hombre de tu clan? ¿Cuál es la idea sobre el dinero? ¿Cuál es la idea sobre el éxito? ¿Cuál es la idea sobre el matrimonio? ¿Cuál es la idea sobre los hijos? ¿Cuál es la idea sobre el trabajo? ¿Cuál es la idea sobre la sexualidad? ¿Cuál es la idea sobre el rol de padre? ¿Cuál es la idea sobre el rol de madre? ¿Cuáles enfermedades se vivieron? ¿Cuáles tragedias se vivieron? ¿Cuál es la misión de tu árbol familiar? Son algunas preguntas generales que te ayudan a responder con mayor claridad, la pregunta ¿De dónde vienes?


Como dije, comprender facilita tu camino. Pero la investigación genealógica puede convertirse en una cárcel si no se hace desde una consciencia adulta, porque fácilmente podemos caer en la justificación, en el juego de la culpa, en el morbo de querer “saber”, en el juicio, en el estancamiento, como diría un entrenador que conocí, podemos quedarnos batiendo la mierda por años, en lugar de comprender, sanar, avanzar. No sirve de nada saber, si solo utilizo mis descubrimientos para ampliar mis argumentos de “por qué” no logro lo que digo que quiero.


Hacer nuestra investigación genealógica supone un compromiso con la sanación. Sin ese compromiso, investigar será como chismosear, como destapar una herida, ver que necesita sutura y dejarla abierta sin nada, y eso nos complicará más las cosas.


Sanar es mirar con amor el presente, agradeciendo el pasado tal y como fue. Implica lo que implica para cada uno. Pero de forma general, implica humildad para soltar mi apego a mi manera de ver algunas cosas, amor propio para contenerme, disposición al perdón, especialmente al auto perdón, responsabilidad para hacerme cargo, apertura a que las cosas talvez no sean como creía que eran, y tomar ACCION, preferiblemente pequeñas acciones. El amor no es mucho ni poco, es amor, y a veces se expresa con mayor potencia en pequeñas acciones. (A veces la acción más poderosa es no hacer nada).


¿Qué es lo que vas a sanar? Todos tenemos cadenas, poder reconocer las tuyas y poder llegar a soltar el grillete, es un regalo que pocos se dan. La mayoría de las personas prefiere andar sonando sus cadenas, porque las confunden con quienes son, encuentran su identidad en ellas. Esas cadenas suenan a través de enfermedades, de situaciones de escasez, de problemas de pareja, de sufrimiento de cualquier tipo, de deudas, de falta de éxito, de limitaciones en cualquier aspecto de la vida. Si no estás viviendo felicidad, abundancia, prosperidad, éxito, gozo, alegría, salud optima, vitalidad, relaciones amorosas en las que compartes con respeto, con armonía , hay alguna creencia basada en el miedo, que te está dirigiendo. Si esas cosas no son el 90% de lo que experimentas comúnmente en tu vida, todavía estás enganchado/a a alguna cadena. Ni bueno ni malo, todo comienza a verse diferente cuando eliges mirarlo diferente, y eso no significa que lo cambias, o que lo ocultas,lo niegas, lo olvidas, solo te mueves a otro punto dentro de ti, desde el que puedes mirar diferente, así comienza tu sanación, abriéndote a mirar lo que fue como fue, lo que es como es, para ti.


Al mirar de donde vienes de una manera amplia, puedes identificar las cadenas y de donde están sostenidas, cuáles son los permisos que no hay en tu sistema, qué no está permitido porque representa un riesgo para la supervivencia. La ley general del árbol familiar es la repetición, se repite lo que permitió que la vida continuara, sin importar el precio que se pagó. Eso explica porque en una familia se repiten patrones dolorosos como si fuera lo natural. Entonces, ¿qué pasa cuando alguien quiere dejar de repetir, quiere hacer algo diferente a lo que el árbol le asignó? Siente culpa, y esa culpa lo lleva a sabotear cualquier forma de hacerlo diferente. Ej: En un clan de mujeres, las mujeres no son felices con sus maridos, las relaciones de pareja son sufridas, todas tienen el mismo modelo de marido, es como si fueran fotocopias con cuerpos y una que otra cosa diferente. Una de ellas conoce a un hombre diferente a los que el sistema acepta, este es amoroso, ella se siente muy bien con él. ¿Qué pasa? Ella por sí misma, de forma inconsciente, comienza a buscar razones para molestarse, porque es que este no es como los otros, con este podría vivir felizmente, y eso no puede ser, así que termina disolviendo la relación, porque es más importante ser como su clan que crear su propio destino. O pasa, que las demás comienzan a rechazar a este hombre, comienzan a encontrar razones “válidas” de porque ese no. La culpa viene de la idea ¿cómo voy a ser feliz estando en una relación de pareja sana si mi madre, abuela, tías, etc. no han podido? Prefiero sufrir como ellas, o en su defecto, quedarme sin pareja. Esto podría dar la ilusión de que lo hago diferente, algo del tipo, “no le aguanto nada a nadie”, pero realmente no es tan diferente, es la expresión de rechazo, y eso nos da una vuelta 360 de aquello que rechazamos. Hacerlo diferente sería compartir una relación de pareja sana, realmente amorosa, honrando los precios que pagaron las demás al quedarse en sus relaciones sufridas, porque así pudo llegar la vida hasta mí. ¿Puedes identificar la cadena? ¿Puedes ver qué es lo que no está permitido en este clan de mujeres? ¿Cuál es el permiso que esta mujer necesita darse para vivir una relación de pareja desde el amor?


Todos tenemos formas diferentes de manifestar la culpa que nos genera el sentir que no estamos haciendo bien la tarea, que no estamos siendo lo que el sistema esperaba. Si miras tus "problemas" en las diferentes areas de la vida, puedes identificar tu forma, y también puedes empezar a ver por donde va el permiso no dado, cuál es esa "verdad" de tu árbol familiar que estás violentado.


De esto se trata ME DOY PERMISO.


Darte permiso implica un reconocimiento a lo que fue, una disposición a agradecer con los ojos abiertos, honrar a quienes colaboraron para que recibieras la vida.


Después de hacer eso, quedas libre de tus propios acuerdos, contratos, lealtades familiares, y puedes elegir como pertenecer, como ocupar tu lugar. Puedes tomarlo todo y disfrutar tu vida, puedes hacerlo diferente y crear tu propio destino.


Te comparto esta lista corta de permisos, varios son los que yo me di, otros los que algunos/as de mis clientes se han dado.


Me doy permiso para ser exitosa en el camino que he elegido para mí, aunque no sea el camino que mi familia esperaba que eligiera.


Me doy permiso para disfrutar de abundancia económica, aunque mi familia haya tomado una identidad de escasez.


Me doy permiso para disfrutar de una relación de pareja basada en amor, divertida, intima, honesta, aunque las/os mujeres y hombres de mi familia vivieron relaciones sufridas.


Me doy permiso para disfrutar de mi vida sexual, aunque muchas mujeres y hombres de mi familia hayan tenido experiencias dolorosas, hayan vivido abusos.


Me doy permiso para expandirme desde la unión amorosa de masculino y femenino en mí, aunque las mujeres y/o hombres de mi clan lo hayan hecho desde la lucha, desde el rechazo a una de estas dos energías.


Me doy permiso para confiar, aunque mi familia tenga una herida de traición.


Me doy permiso para vivir en optima salud, aunque mi familia cultive una identidad de “enfermos”.


Me doy permiso para decir que no, aunque en mi familia sea visto como desobediencia.


Me doy permiso para prosperar con facilidad, haciendo lo que me gusta, aunque mi familia crea que hay que coger lucha para que las cosas tengan valor.


Me doy permiso para ocupar mi lugar, aunque mi madre o mi padre quisiera que fuera alguien más. (otro hijo muerto, un hermano/a muerta, uno de sus progenitores).


Me doy permiso…

Me doy permiso…

Me doy permiso…


¿Cuál es el permiso que te das tú?


Aclaro, ese “aunque” solo lo puse para facilitar tu comprensión, pero en un estado de humildad, de agradecimiento total, no hay un aunque, ni un pero, solo la consciencia de que tienes la libertad, tienes el permiso.


Celebro tu vida, como la has vivido hasta ahora y como la vas a empezar a manifestar cuando te des permiso.


¡Un abrazo!


Nadia P.


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